viernes, 10 de abril de 2015

¿Duele la derrota?

¿Duele la derrota?



Fue la pregunta que recibí de parte de una persona que conoce el amor que siento por este equipo. Mi respuesta fue no, no me duele que el Once Caldas pierda porque eso merecemos. Jugadas las 14 fechas en el balompié nacional, el equipo de mis amores ha tenido una actuación paupérrima en cada una de ellas (con excepción del partido en Bogotá), y creo que el dios del fútbol de alguna u otra manera nos hizo ver bien contra una nómina suplente de Santa Fe. No me duele que el Once Caldas pierda, me duele ver de qué manera perdemos  y la impotencia que como hinchas sentimos, se ve reflejada por cada uno de los comentarios hacia el equipo. 


Es cierto que nuestra nómina no es la mejor y lo vimos reflejado en partidos como contra Corinthians en el cual el resultado de la inexperiencia y la improvisación se vio reflejado no solo en el terreno de juego, sino en el abultado marcador. Aun así, no tenemos la peor del FPC; por lo menos en nómina, el equipo debería estar entre el top 5 de los conjuntos colombianos. Es cierto que este escrito lo hago con un poco de amargura, decepción y desaliento, pero últimamente es lo que el jugador vestido de blanco le hace sentir al hincha. 

Es verdad que el equipo viene de una recuperación económica y personalmente le agradezco a la compañía que nos salvó de la quiebra porque sin ellos nuestra categoría seguramente sería inferior, pero las novatadas deportivas que el Once Caldas como equipo profesional de fútbol ha cometido, no tienen perdón para un empresario que ve al equipo como un negocio más. Es evidente que la salvación económica trae consigo la venta de jugadores y hasta el momento se ha hecho (Dayro Moreno, José Izquierdo, Alexander Mejía, Daniel Hernández (préstamo)), lo que el hincha reclama es un poco de contribución al equipo desde el aspecto deportivo. Estoy seguro que el hincha de a pie –como yo- no quiere ver grandes estrellas en el equipo, pues somos conscientes del presupuesto anual que se pacta cada enero, el hincha de a pie quiere jugadores que les guste jugar, que tengan sangre caliente, que sepan sobre fútbol, que lo vean, que lo sientan y lo vivan como lo hacemos nosotros. Personalmente no quiero más modelos, quiero guerreros que quieran ganarse el corazón de la gente, sentir el orgullo de una ciudad futbolera con recorrido histórico y sobre todo, que se pasen por el museo de nuestro equipo para que recuerden que con 11 guerreros conquistamos América, sin mucho presupuesto pero con unas ganas enormes de triunfar. Pienso que los jugadores actuales del Once Caldas están bastante acomodados, tienen lujos, un sueldo bastante alto y el trabajo soñado. Fama, dinero y reconocimiento público. ¿Así quien no querrá jugar en el Once Caldas? 


Estoy seguro que la situación del equipo es pasajera, confío en que los jugadores, cuerpo técnico y directivos quieren cambiar el desenlace de esta historia. Soy optimista y como hincha pienso que es un bache deportivo, o por lo menos es lo que quiero hacerle creer a mi mente. Acá es donde permanecemos nosotros, los que sin importar resultado seguimos pendiente de los partidos, de la nómina y de los problemas deportivos. He vivido rachas peores con el Once Caldas y siempre de alguna mágica manera salimos de ellas. Fe, confianza y paciencia es lo que debe caracterizar al hincha, aun así, no sé hasta cuando nos duren los valores.

@Mateocardo en twitter.











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