Adiós, Javier Torrente:
Lo despido hoy con el corazón marchito y
el corazón desolado. No entiendo, porqué razón, el Once Caldas decidió, para su
proyecto de convertirse en una cantera del Fútbol Profesional Colombiano,
contratarlo a Usted.
Y no lo digo porque no confíe en sus
capacidades como Director Técnico o dude de su inteligencia y la de su cuerpo
técnico, lo digo, especialmente por todo lo contrario: usted no merece el trato
que le han dado en Manizales: no merece llegar a un equipo al cual, constantemente,
le están quitando piezas como si un equipo de fútbol fuese algo que el azar une
y no el trabajo serio de un cuerpo técnico, usted, Torrente, llegó a un equipo
que en la primera década del siglo XXI fue el mejor del país a pesar de no
tener un músculo financiero importante pero que, a 2016, no le quedan sino los
recuerdos, los cuales, como sucede con todo lo que uno va atesorando en la vida,
se quedan en el pasado y no se encuentra la manera de refrendarlo en el
presente. 
Hoy, el Once Caldas, no es más que una
empresa que le representa una ganancias importantísimas a un grupo empresarial
grandísimo que no le interesa el fútbol y, partiendo desde esa base, no le
importa: la ciudad, los hinchas, los jugadores y mucho menos la representación
social y cultural que es el Fútbol: que, hermoso como es, se ha ido
prostituyendo en una danza de dinero que no lo hace más lindo, sino, más sucio,
despreciable y a veces, casi odioso. 
Hoy, Torrente, los hinchas del Once
Caldas y usted, asistimos al velorio del equipo que fue el mejor de la primera
década en Colombia; hoy, usted y nosotros (espero) sufrimos lo mismo: vemos a
unos directivos indolentes, irresponsables e irrespetuosos de la pasión que significa
para nosotros el Once Caldas.
Hoy, Torrente, los hinchas del Once
Caldas y usted, asistimos a la despedida de jugadores malagradecidos que usaron
al Once Caldas como un trampolín para salir de un bache futbolístico y
económico… para dejarnos a todos atónitos con sus decisiones de sencillamente
decir: “adiós, quiero jugar en otro lugar”; pero, a la larga, esta despedida la
debemos entender como una pequeña victoria, en la vida no se necesitan seres
desagradecidos y que hagan las cosas de mal gusto, por eso, hoy les debemos
decir: “adiós y ojalá no vuelvan”.
Torrente, si usted decide abandonar el
camino pronto: lo aplaudo y le digo que yo, estando en su posición, no habría soportado tal falta de seridad. Usted no tiene por qué soportar la miopía de una
directiva que no es capaz de ver más allá de las utilidades de un semestre, la
indolencia de una hinchada y la falta de compromiso de unos futbolistas que, se
van y vienen cual veleta al viento. 
Adiós Torrente… mientras usted puede
abandonar este barco, yo me quedo acá esperando que estas letras le despierten,
si quiera, una sonrisa socarrona a los directivos del Once Caldas, para que, de
esta manera, entiendan que, al menos, hay una persona que es capaz de
expresarle el dolor y la decepción que sienten por ver cómo han ultrajado mi
pasión y la de muchos: el Once Caldas. 
@ManuelJo_
@ManuelJo_
 
Excelentes palabras, felicitaciones. Eso mismo sentimos todos los hinchas del Once Caldas en este momento.
ResponderEliminarSebastián, muchas gracias por leernos y por comentar lo que pensás.
EliminarExcelente! La verdad mucha tristeza, mucha decepción y mucha impotencia porque no podemos hacer nada mientras nuestro glorioso y amado once, lo están acabando y sin compasión, desde q los directivos sean hinchas de otros equipos no hay nada
ResponderEliminarJuan Pablo, un placer saber que nos lee y que se toma el tiempo de comentar lo que acá expresamos.
EliminarUn saludo.
Muy Bueno!
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